Estimado Párroco y sacerdotes,
hermanos y hermanas franciscanos, hermandades, cofradías y asociaciones,
colaboradores, directiva de esta cofradía, amigos todos: Paz y Bien.
El 21 de enero del 2011 se decide
crear una Agrupación Infantil- Juvenil de Semana Santa en Belalcázar. El Martes
Santo de ese año, desde el convento de los Franciscanos, procesionan con una
cruz desnuda y una imagen de Jesús de Medinaceli de escasos 30 centímetros, y más
de un centenar de hermanos. La indumentaria es sencilla, compuesta por un
vaquero, polo blanco y fajín morado. En el año 2012, se decide procesionar el
Miércoles Santo debido a las lluvias del Martes. En este año se estrena paso y
procesionan una imagen de Jesús de Medinaceli de 90 centímetros, cedido por las
hermanas clarisas, y a la indumentaria se le añade una túnica blanca y el fajín
morado inicial.
En el año 2013, al procesionar, a
mitad del recorrido, nos sorprende la lluvia. A pesar de la gran cantidad de
agua, los niños no abandonan, demostrando su entusiasmo y amor hacia Dios. En
el año 2014 procesionamos con 50 niños.
También cambia la directiva, la cual
entra con una gran cantidad de propósitos; como realizar un estandarte, un paso
nuevo y más ligero, modificar la indumentaria de los hermanos, hacer una
procesión mas organizada, pero sobre todo adquirir un Cristo Cautivo, que sea
titular de la cofradía, y propiedad de ésta. Con el tiempo se han ido
cumpliendo los propósitos y los problemas que nos van surgiendo. El último de
esos proyectos lo logramos hoy. Presentamos y bendecimos una imagen que nos
deja sin palabras, y ante la cual se nos emociona el alma.
Podemos observar una hermosa imagen,
pero pocos saben el laborioso proceso que deja tras de sí. Esta obra, resultado
del trabajo de Juan Andrés Molero Cerro, Licenciado en Bellas Artes e hijos de
Hinojosa del Duque. Es una talla realizada en barro cocido, policromada al óleo
y con una altura de 1 metro. Esta imagen ha ido cobrando forma gracias a las
manos de Juan Andrés, y una vez realizada, la pieza tuvo que ser partida por la
mitad para ser ahuecada, y posteriormente vuelta a unir. Se sufre cuando entra
en el horno, puesto que no se sabe lo que puede pasar dentro.
Recuerdo la vez que lo vi unido,
antes de ser pintado. Un nudo se me cogió a la garganta, y unas lágrimas se
escaparon de la emoción. Ahora que lo veo terminado, sigo sin poder mediar
palabra. Pocos saben la labor, el trabajo, el sufrimiento que tras de sí trae
cada imagen. Quien tenga la oportunidad de poder verlo, aprecia aún más la
importancia, y el valor de una imagen.
Esta cofradía trabaja por mantener
viva la ilusión, la esperanza y la Fe de los más pequeños, y los que no lo son
tanto. Ellos merecen tener un día propio, ser como los mayores y dar vida al
pueblo. Queremos transmitir valores cristianos y reforzar la Fe de nuestros
niños y niñas. Y por ello seguiremos trabajando.
No me gustaría despedirme sin decir
que todo esto no habría sido posible sin la ayuda desinteresada de las
hermandades, cofradías y asociaciones, empresas y particulares. Parroquia y
comunidades franciscanas. Pero en especial de todos y cada uno de los miembros
de la directiva de esta cofradía, la familia que donó el cuadro para la
adquisición del Cristo, y en especial del escultor, que ha hecho un gran
trabajo. A todos y cada uno, gracias, y que Nuestro Padre Jesús Cautivo nos
proteja.