viernes, 20 de marzo de 2015

Ya huele a Semana Santa

CONTANDO LOS DÍAS

Escasos son los días; poco falta para la Semana Santa; nada falta para ver las imágenes en la calle. Se terminan los ensayos, comienzan los preparativos, los nervios, el insomnio por ver lo que llevamos ansiando 1 largo año. Por las calles de Belalcázar se empieza escucha con más fuerza las marchas procesionales de la Agrupación Musical San Roque, Vemos ensayar por las calles los pasos de las cofradías, sin saber cómo, se nos escapan aplausos y ánimos a los que van debajo, porque la Semana Santa no sería lo mismo sin todas y cada una de las personas que van debajo de los pasos, sin esas personas que llevan las imágenes de Cristo y María por las calles de Belalcázar. En nuestro interior crece un sentimiento de alegría y pasión.
Llegada la Semana Grande, la Semana Santa, por las calles de Belalcázar se respira ese olor que caracteriza la Semana Santa, el preciado olor del incienso. El viernes de Dolores, nuestra madre recorre las calles, como lo hace también nuestro Padre Jesús a lomos de la Borriquita el Domingo de Ramos. Se empiezan a ver decenas de nazarenos por las calles de Belalcázar. Llegado el Lunes Santo, se ven niños nazarenos por las calles, casa por casa, pidiendo limosna para su padre, para su Jesús Cautivo. Los niños se emocionan porque no falta nada para ver sus pasos en las calles, no falta nada para “La Procesión Infantil-Juvenil”, para Su procesión.
El Martes Santo, decenas de niños van hacia la ermita de San Sebastián, hasta “El Santo”. Llega el Martes Santo y se abren las puertas de la ermita, los pasos esperan con sus preciosas flores, con sus velas encendidas, con ese olor a incienso en el templo silencioso, en el templo dormido que poco a poco se despierta, con el ruido de los cascabeles que dan alegría y por lo que se caracteriza esta procesión, donde el pequeño nazareno se hace grande, porque ha llegado SU DÍA, él saldrá a la calle “Como lo hacen los mayores”.  Esos pequeños costaleros y costaleras que no pueden contener las lágrimas, la sonrisa que le cubre toda la cara, porque van a poder sacar a sus imágenes que tanto quieren, y llevarán a Cristo a cada rincón de Belalcázar.
Las ocho menos cuarto, entre el ruido del multitudinario público, de todas las personas que se han acercado para ver nuestra procesión, se escucha el ruido de unos tambores y su bombo, de cornetas y trompetas, y un platillo que da color a esa hermosa marcha que se escucha, la gente abre paso y a las puertas del templo llega la Agrupación Musical Infantil de Nuestro Padre Jesús de la Caridad. Todo está listo. Las ocho en punto, los niños rezan a Dios y se meten bajo las andas. ¡TODO ESTÁ LISTO! ¡VAMOS A LA CALLE! ¡VAMOS A HACERLO COMO SÓLO VOSOTROS SABÉIS! ¡DEMOSTRAD DE LO QUE SOIS CAPACES! ¡VÁMONOS MIS VALIENTES COSTALEROS! Comienzan a salir esos bellos nazarenos tras el estandarte que la gente aguarda con emoción. Se escucha un sonido agudo, poco a poco se ve la cruz, va meciéndose en dirección a las puertas, y otro sonido nos llama, Nuestro Padre Jesús Cautivo se abre paso. Los pasos salen a la calle, la banda comienza a tocar, las palmas no cesan, van a lucirse esos GRANDES costaleros y nazarenos, ¡es su día! Los dos pasos están en la calle, las puertas se cierran, la banda continúa tocando, las lágrimas se escapan entre aplausos y oles. La procesión ha comenzado, el sufrimiento da sus frutos, ¡Venga mis valientes Costaleros, a ésta es! Se va alejando entre palmas y llantos el Cristo y la cruz.
Son las nueve de la noche, y la plaza está repleta de personas que aguardan ver la procesión. Se escucha a los lejos esas hermosas marchas, y por la esquina asoma la cabeza de la Procesión. ¡Ya está aquí! Poco a poco las imágenes atraviesan la plaza, se aproximan a la parroquia. Las puertas del templo parroquial de Santiago el Mayor están abiertas, y los niños están llegando. A las nueve y media, entre aplausos y marchas procesionales las imágenes se giran. Última parada. ¡Señores, todo ha terminado! ¡Lo habéis logrado! ¡Ya estamos aquí! ¡Un último esfuerzo! ¡Vamos al cielo con él, a ésta es¡ Un último golpe a esa campana nos dice que entramos en casa. Los niños, alegres, contentos, en casa están. Tras ese último salto, una lágrima se escapa, están cansados, pero quieren terminar.
Lloran los espectadores al ver esa pasión, ese deseo, ese sufrimiento que es enorme en una persona tan pequeña. VA POR VOSOTROS. Continúa la Semana y las imágenes que no cesan en las Calles de Belalcázar. Esta aquí la semana más esperada.

Ya está aquí, ya llegó la Semana Santa. Vuestro día está cerca. Enhorabuena a todos los componentes de la Agrupación Infantil-Juvenil de Semana Santa, y en especial a esa estupenda directiva que la compone, que sin importar el tiempo, la dureza del trabajo, las reocupaciones y molestias, preparan y cuidan hasta el último detalle. Gracias a todas y cada una, porque sin vosotros esto no habría sido posible. No tengo palabras para agradecer el trabajo realizado y las horas dadas para que todo salga como Cristo merece.

Un gran abrazo, Juanjo.




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